Argumento del libro "7 ensayos de interpretacion de la realidad peruana" de Jose Carlos Mariategui. Analisis de la obra.
Renombrada obra de J. C. Mariátegui, que influyó poderosamente en el conocimiento profundo de nuestra patria, cuya interpretación es de carácter marxista.
Desde su aparición hasta nuestros días, es uno de los más leídos de cuántos libros peruanos se conocen. En este libro, el autor expresa su anhelo de contribuir a la creación del Socialismo Peruano.
Tiene este libro dos cualidades básicas: ser la primera aplicación del método marxista, atenuada por un profundo individualismo esteticista, a los más graves problemas del Perú; y el de estar escrito en un estilo armonioso, colorido y peligrosamente afirmativo.
Los capítulos de esta obra son los siguientes:
1) El PROBLEMA DE LA TIERRA:
“El Colonizador, que en vez de establecerse en los campos se estableció en las minas, tenía la psicología del buscador de oro: no era, por consiguiente, un creador de riqueza”.
Mariátegui sostiene que la tierra fue primitivamente comunitaria, y que el conquistador introdujo el feudalismo, el cual bajo la forma de gamonalismo y el latifundio, continúa hasta hoy, interrumpiendo el ritmo del progreso nacional. Frente al egoísmo gamonalista vigente, las comunidades constituyen una lúcida protesta y una necesaria reafirmación justiciera.
2) EL PROBLEMA DEI INDIO:
“El gamonalismo invalida inevitablemente toda ley u ordenanza de protección indígena”.
Mariátegui presenta al indio en sus diversas dimensiones; cierra los ojos a sus defectos; tal vez porque hasta ahí casi todos insistieron en ellos prescindiendo de sus virtudes. Tradujo al lenguaje semisocialista y cuasi marxista las viejas protestas del Padre Las Casas.
El indio constituye la célula elemental de la Patria. Devolverle su autoridad y posibilidades implica devolvérselas a la nación.
3) EL PROCESO DE LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA:
“Tres influencias se suceden en el proceso de la instrucción en la República: la influencia o, mejor, la herencia española, Fa influencia francesa y la influencia norteamericana. Pero sólo la española logra en su tiempo un dominio completo.
Las otras dos se insertan mediocremente en el cuadro español, sin alterar demasiado sus líneas fundamentales”.
Mariátegui maneja con inteligencia y precisión los pocos instrumentos que tuvo a su alcance, en especial, las tesis, trabajos y discursos de Manuel Vicente Villarán, Alejandro O. Deustua, Javier Prado.
El Amauta se pronuncia contra la educación verbalista sin decidirse a una de orden técnico y unilateral como no podía ser.
4) REGIONALISMO Y CENTRALISMO:
“El regionalismo no es en el Perú un movimiento, una corriente, un programa. No es sino la expresión vaga de un malestar y de un descontento”.
El tema del Centralismo y el feudalismo reciben un trato ajustado, desde luego favorable a la descentralización. Lima, como suele ocurrir en tales casos, recibe los mayores varapalos.
5) EL FACTOR RELIGIOSO:
“La Iglesia era el Estado mismo. El culto estaba subordinado a los intereses sociales y políticos del imperio”.
El Amauta centraliza sus críticas contra el llamado “librepensadorismo”, contra la “clerofobia”, contra lo que podría apodarse el “ateísmo profesional” de los liberales de fin de siglo; en cambio exalta la fuerza religiosa del mito; y afirma que el mito social puede reemplazar, en hondura y fuerza capitalizadora, a la religión, poseyendo su mismo impulso y hasta muy semejante dirección.
6) ESQUEMA DE LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA:
“Los colonizadores se preocuparon casi únicamente de la explotación del oro y de la plata”.
7) EL PROCESO DE LA LITERATURA:
La primera etapa de la literatura peruana no podía eludir la suerte que imponía su origen. La literatura de los españoles de la colonia no es peruana; es española.”
Mariátegui recurre a una clasificación un tanto elemental y bastante discutible. Divide las letras peruanas en los periodos colonial, cosmopolita y nacional. No presta atención a la intensa producción subyacente y erguida do origenindio.
Quizá por reflejar predicciones demasiado subjetivas y alejadas del rigor objetivo de la crítica marxista, en la reedición de 1934 (hecha por los familiares del autor), se eliminó este capítulo.