Esta obra tiene como base un trozo de la historia política mexicana. Se trata de la figura del presidente Venustiano Carranza, que, como todo presidente elegido por el pueblo, se opone a que lo suceda un militar en el mando.
Un cuartelazo pretende derivarlo. El presidente envía fuerzas a que lo sofoquen, pero estas se asimilan a la facción; su gobierno comienza a hacer agua, hasta que el punto que el presidente fue obligado a huir en un tren militar, que a lo largo del trayecto sostiene continúas batallas.
El presidente con destino a Veracruz, marcha en busca del ejército leal. Esta porción histórica de la vida mexicana es elevada a una obra literaria por la ficción de Benítez. El rey viejo, describe los últimos días de Carranza, que se ve engrandecido por las traiciones recibidas, hasta conseguir la muerte en una de las más abyectas formas.
La obra está narrada en primera persona y en forma diario, técnica que le da el aspecto de crónica. Un personaje cercano al presidente es el encargado de vivificar la obra; obiamente, este personaje hace parte del mundo ficticio introducido por el actor y es asimilado como uno de esos tantos licenciados que tras bambalinas se mesclan en decisiones del soberano.
En la obra se reflejan las posiciones ambiguas, los temores, la mala conciencia y aun el heroísmo de que es capaz el autor.
En El agua envenenada, su segunda obra e importancia, también narra un hecho real de la vida mexicana moderna.
Los habitantes de un pequeño pueblo se amotinan para protestar contra la inmoralidad administrativa de su cacique.
Motivados por un sentimiento de vindicación, van más allá de los límites en la imposición de “su justicia”. Es una versión moderna de Fuenteovejuna. El movimiento popular esta capitaneado por un sencillo cura del lugar con una política bien clara, que le, permite a los insurrectos mantener el ánimo en alto y triunfar en lo que busca.
Los personajes están bien delineados y la parte histórica descrita es de una precisión asombrosa. Así mismo, el autor muestra su conocimiento y experiencia en torno a hechos políticos y sociales de importancia en la vida de los pueblos, sobre todo de los pueblos apartados y olvidados de Latinoamérica, que exhiben idéntico síndrome: necesidades primarias insatisfechas y una vida espiritual deteriorada.