LA GENERACION DEL 27
La nueva orientación de Juan Ramón Jiménez es su etapa de poesía pura y la experimentación y la renovación que trajeron las diversas vanguardias crearon un clima poético del que surgió un grupo de poetas, nacidos entre 1829 y 1905; por su excepcional calidad se ha podido hablar de “un nuevo siglo de oro” en la poesía española.
A este grupo se le conoce comúnmente en el nombre de generación del 27.
El año 1927 se celebro el tercer centenario de la muerte del poeta barroco Luis de Góngora, y varios poetas amigos, con idénticas preocupaciones literarias, atraídos por los hallazgos formales del escritor cordobés - innovaciones metafóricas y libertad y amplitud de lenguaje - , le dedicaron un homenaje al Ateneo de Sevilla, que significo el hecho fundacional de esta generación.
Los principales integrantes de la generación del 27 fueron:
Pedro Salinas (1891 – 1951),
Jorge Guillen (1893 – 1984),
Gerardo Diego (1896),
Federico García Lorca (1898 – 1936),
Vicente Alexandre (1898 – 1984),
Dámaso Alonso (1898),
Luis Cernuda (1902 – 1963) y
Rafael Alberti (1902).
CARACTERISTICAS GENERALES:
Aunque cada uno de estos poetas de gran personalidad, tiene sus propias particularidades que veremos más adelante, se pueden indicar unas características. Generales que definen esta generación:
• Un declarado propósito de renovación artística, pero que no significa la ruptura con la tradición poética española. Admiraron a los clásicos: Jorge Manrique, Garcilaso, San Juan de la cruz, Lope de Vega, Quevedo…
De Rubén Darío aprendieron el valor plástico del lenguaje, Bécquer influyo reconocidamente en mucho de ellos, Juan Ramón Jiménez fue su maestro más inmediato, y manifestaron su respeto y admiración por la poesía de Unamuno y Antonio Machado, a pesar de la diferente concepción poética.
• En este mismo punto hay que destacar la importancia de la poesía popular española, antigua y moderna, que sirvió a muchos de ellos de fecunda fuente de inspiración en temas y estrofas revalorización del romance y de otras estrofas cortas tradicionales, logrando una estilización culta de esa poesía tradicional, que recibió el nombre de neo popularismo y cuyos principales representantes fueron Lorca y Alberti.
• En su consideración del poema como obra de arte, tuvieron un cuidado exquisito y renovado de la forma, que se manifestó en la amplitud léxica: lenguaje culto y, al mismo tiempo, uso de términos coloquiales, de palabras del habla corriendo no consideradas poéticas, peor con las que consiguieron sorprendentes efectos. Otro importante logro fue la revalorización de la imagen con la creación de nuevas y llamativas metáforas.
• En la métrica cultivaron estrofas cultas como el soneto y populares como el villancico; también el verso libre, el blanco y el versículo.
• Por fin hay que señalar la evolución que se manifestó en su poesía. Al principio tuvieron una preocupación puramente formal, el arte por el arte, como juego ingenioso, pero “deshumanizado”, intranscendente.
Después, a partir de 1930, hicieron una poesía de contenido humano, emocionada ante el dolor, la angustia, la alegría, los recuerdos, el amor y la muerte. Solamente quedara excluido el tema religioso.
La guerra civil española, además de marcar su vida y su obra, acaba con la generación como tal. Federico García Lorca murió asesinado, una víctima más del odio fratricida; Salinas, Guillen, Cernuda y Alberti tuvieron que emprender un largo en algunos casos definitivos y difícil exilio.
Damasco Alonso, Aleixandre y Gerardo Diego se quedaron aquí. Rota la generación, los sobrevivientes continuaros su propia obra; los de fuera expresaran obsesivamente en sus poemas la añoranza de la patria perdida; los de dentro, se convertirán en maestros de las nuevas generaciones.