TRADICION MATRICULA DE COLEGIO
- Ricardo Palma -
- Ricardo Palma -
Leída por el dómine esta macarrónica esquela, calóse las gafas, abrió el cuaderno de registro o matrícula escolar, entintó la pluma y antes de consignar los datos precisos, entabló conversación con sus futuros alumnos.
Eran estos tres chicos de nueve años, venidos al mundo, en la misma hora o paricio, de una robusta hembra chumbivilcana, casada con don Crispín Gatiessa, boticario de la población, que era un genovés como un trinquete y, tanto, que de una culeada le clavó a su mujer tres muchachotes muy rollizos.
A la simple vista, era casi imposible diferenciar a los niños, pues caras y cuerpos eran de completa semejanza.
—¿Cuál es tu nombre? –preguntó don Pedro a uno
de los chicos.
—Servidor de usted, señor maestro, Benedicto –contestó el interrogado con voz de flautín, anacrónica en ser tan desarrollado y vigoroso.
—Vaya una vocesita para meliflua –musitó el magíster–, y tú, ¿qué nombre llevas? –continuó, dirigiéndose al otro.
—Para servir a Dios y a la Patria, me llamo Bartolomé –con idéntica voz atiplada.
—¿Otra te pego, Diego? –murmuró, para sí, el maestro–. ¡Vaya un par de maricones! ¡Lucido está el bachicha con su prole! ¿Y tú? –preguntó, dirigiéndose al tercero.
—¿Yo?, yo soy Crispín Gatiessa –contestó con voz de trueno, el muchacho.
Casi se cae de espaldas el bueno de don Pedro Cañafístola, ante tamaño contraste, y exclamó:
—¡Para la puta que los parió! ¡Qué cosa! ¿En qué consistirá, que siendo estos tres niños tan iguales de figura, nacidos del mismo vientre, de la misma ventegrada, o en el mismo día, uno discrepe tanto por vocerrón? Aquí me digo yo, cualquiera pierde su latín. ¡Vaya con los caprichos de la naturaleza!
—Yo le diré a usted, señor maestro, como mi madre no tiene sino dos tetas, ésas sirvieron para que estos dos hermanos mamasen a boca que quieres, y por eso han salido así... pobrecitos de voz.
—Y tú, ¿qué teta mamaste?
—Yo, ninguna.
—¿Cómo ninguna?
—Sí, señor, ninguna; yo mamaba el pájaro de mi padre… y por eso he sacado este vocejón.