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CUENTOS PARA NIÑOS


CUENTOS PARA NIÑOS


1. LA ZORRA Y LA WALLATA

En la orilla de una laguna, una wallata madre estaba sacándose los piojos. Sus crías jugaban alrededor de ella, sin alejarse.
Una zorra vieja que pasaba por la pampa se detuvo y se quedó mirándolas.Saboreaba a las crías de la wallata desde lejos y pensaba en cómo atraparlas.
-
Mi estimada señora, permítame una pregunta - dijo la zorra, acercándose a la wallata -¿Cómo hace para que sus crías tengan patitas rojas?

La wallata, sabiendo que los zorros nunca hacen preguntas con buena intención, le mintió...- 

2. EL ZORRO Y EL CONDOR (La Apuesta)

Un zorro hambriento que andaba buscando donde robar algo, vio a un cóndor que también estaba en los mismos apuros.

El zorro le dijo al cóndor ¿De dónde vienes hermano? ¿del espacio?
-
Vengo de las altas cumbres nevadas, cumbres que eternamente están cubiertas de helada nieve; he bajado a buscar alimentos para resistir mejor el rigor de las nevadas- dijo el cóndor.
El zorro se rió a carcajadas y le respondió ...-

 3. EL ZORRO Y EL CUY (Si Me Caso con su Hija)

Alguien, un desconocido hacía destrozos en una chacra, de noche.
Esto sucedió hace mucho tiempo.Las plantas amanecían rotas y a medio comer.

Entonces, el dueño de la chacra construyó una trampa, la puso en el lugar adecuado y esperó atento, sin cerrar los ojos en ningún momento. A la media noche escuchó unos gritos; alguien había caído en la trampa...-

4. EL ZORRO Y EL CONDOR (En La Fiesta)

-Compadre -dijo el cóndor-, ¡nos vamos de fiesta¡- nos vamos -repuso el zorro.

El cóndor teció bien su poncho negro, arregló su bufanda blanca y echándose al zorro sobre el lomo emprendió el vuelo.Miraba el zorro las cumbres de los cerros que brillaban al sol. Como era tiempo de sequía, el ichu estaba doradito.

Arriba, lo cielos azules de julio. A medida que subía, hacia más y más viento. El zorro se prendió bien, cerró los ojos y de cuando en cuando lloraba de frío. En el cielo se casaba un turquito y...-

5. LA ABEJA HARAGANA
En una colmena una abeja que no quería trabajar, se la pasaba vagando sin hacer nada y sus hermanas le advertían de que si no trabajaba, no volvería a entrar a la colmena, pero ella no hacia caso, pero un día que estaba lloviendo mucho a la abeja no la dejaron entrar...

6.
EL BAGRECICO


Un viejo bagre, de barbas muy largas, decía con su voz ronca en el penumbroso remanso del riachuelito: «Yo conozco el mar. Cuando joven he viajado a él, y he vuelto».

Y en el fondo de las aguas se movía de un lado a otro contoneándose orgullosamente. Los peces niños y jóvenes le miraban y escuchaban con admiración. «¡Ese viejo conoce el mar!».

Tanto oírlo, un bagrecito se le acercó una noche de luna y le dijo: «Abuelo