RESUMEN DEL COMBATE DE ANGAMOS Y DEL SACRIFICIO HEROICO DE DON MIGUEL GRAU SEMINARIO (ALMIRANTE DE LA MARINA PERUANA)
La Guerra del Pacifico. Guerra entre Peru y Chile.
Después de Iquique, el Huáscar continuó su travesía a el sur hasta Antofagasta. Al regresar al callao tuvo que burlar a barcos chilenos a la altura de Mollendo, el 3 de junio. Al mes siguiente salió por segunda vez y, desde entonces, tuvo en zozobra al enemigo con sus frecuentes y atrevidas operaciones, dominando a voluntad el extenso litoral.
Sus hechos gloriosos despertaron el mas frenético entusiasmo; la presencia de América y la del viejo continente inscribían su nombre en el rango de los mas famosos marinos del mundo: GRAU y el HUÁSCAR abrieron un capitulo para el Perú en las páginas de la historia universal.
En chile se produjeron graves cargos contra el gobierno por la mala dirección y conducción de la guerra y por que no concebían que un solo barco y un solo hombre fueran capaces de enfrentarse a su poderosa escuadra. El almirante rebolledo habíase visto en la necesidad de renunciar y el nuevo jefe, Galvarino Riveros, había dado la orden de concentrarse en Valparaíso, reparar maquinas y dar caza a toda costa, a Grau y al Huáscar.
Con este objeto, los buques chilenos salieron en convoy de mejillones hacia Arica, de cuya latitud tuvieron que regresar por no haber encontrado al enemigo. Luego se colocaron en dos divisiones avanzando paralelamente hacia el sur.
A su vez, en la madrugada del 8 de octubre, el Huáscar y la unión dejaban Antofagasta y navegaban hacia el norte.
El encuentro era de esta manera inevitable. En efecto en las primeras horas de ese día avisaron a la división encabezada por el blanco encalada a la misma que lograron esquivar apresurando su marcha hacia el norte. Desgraciadamente, poco después, hacia su aparición la segunda división encabezada por el Cochrane, quien les cerro el paso. Comprendiendo lo inútil de la fuga, GRAU ordeno a la unión que evitara el combate y escapara, en tanto que el solo se enfrentaría al poderoso enemigo.
Las 9 y 20 minutos de la mañana del 8 de octubre marcan el comienzo de la inmolación de GRAU al ordenar el disparo de los cañones del Huáscar sobre el Cochrane que no hicieron mayores destrozos en el barco chileno, el que por el contrario dejo sentir todo el peso de su artillería sobre el Huáscar.
La situación se complico al acercarse otros buques chilenos que terminaron por rodear a nuestro glorioso monitor que, de esta manera, tuvo que soportar el incesante cañoneo de los barcos enemigos.
GRAU murió por efecto de la explosión de un proyectil en al torre de comando, corriendo igual suerte el teniente DIEGO FERRE. El mando fue asumido por el capitán de corbeta ELÍAS AGUIRRE; a la muerte de este, lo hizo el teniente MELITÓN RODRÍGUEZ hasta que, finalmente, el Teniente PEDRO GAREZON, pese a estar herido, ordeno la apertura de las válvulas de buque a fin de que se hundiera en las aguas, escenario de sus hazañas, y no cayera en manos del codicioso enemigo.
Esto no pudo conseguirse ya que los chilenos al darse cuenta de la maniobras lo abordaron y arriaron nuestra bandera que, enhiesta, había presenciado el heroico sacrificio de sus hijos en defensa de los sagrados intereses de nuestra heredad nacional.
Llevando como evidencia de un triunfo invalorable, el Huáscar fue mostrado a través de las costas chilenas, mientras que los restos de sus gloriosos tripulantes fueron sepultados en mejillones, en la actualidad en las tranquilas aguas del puerto Talcahuano, dibuja su inmortal figura; de su cubierta; que se tiñera con la sangre de sus defensores, emana un mensaje que no puede ser otro que un mensaje de paz y amistad entre los hombres y los pueblos.