El triangulo de las Bermudas, como su nombre indica, es un espacio con forma triangular comprendido entre la Península de Florida, la isla de Puerto Rico y el archipiélago de las Bermudas. La denominación de "Triángulo de las Bermudas" es relativamente reciente, ya que la empleó por primera vez en 1964 el periodista norteamericano Vicente Gaddis.
No obstante, el misterio se remonta desde hace mucho tiempo, y ya los marinos conocían a esa zona como "El Limbo de los Perdidos", una extensión del Mar de los Sargazos, donde las brújulas se vuelven locas y los más modernos aparatos de navegación no responden.
Cristóbal Colón ya hacía referencia a cuerpos extraños vistos en la zona como luces en el horizonte durante sus viajes por el mar Caribe.Aunque desde mediados del siglo XIX han desaparecido más de 50 barcos y 20 aviones, uno de los casos más significativos fue el del vuelo 19: cinco bombarderos estadounidenses tipo torpedo abandonaron Fort Lauderdale el 5 de diciembre de 1945 en un vuelo de entrenamiento rutinario y con buenas condiciones metereológicas. Ninguno volvió y tampoco el hidroavión que se envió a buscarlo.
También son numerosos los casos de barcos encontrados abandonados con la comida aún caliente en las mesas y aviones que desaparecen sin haber dado ninguna señales de socorro, y todo sin haber encontrado ningún resto.Muchas son las teorías que existen al respecto y que tratan de esclarecer los hechos, por una parte, varios científicos aseguran que la mayoría de las desapariciones han ocurrido fuera de los límites del triángulo y que la ausencia de cuerpos, aviones y barcos se debe a la profundidad de las aguas; por otro lado, hay quienes alegan la existencia de un campo electromagnético proveniente de la Tierra que explicaría el no funcionamiento de las brújulas y el instrumental de vuelo.
Otras teorías menos científicas aseguran que las desapariciones se deben a la existencia de una base extraterrestre o a la posibilidad de un agujero espacial/temporal, o que se debe a la legendaria y antigua civilización de la Atlántida, sepultada bajo el mar, con tecnología mucho más avanzada que la nuestra y de la que ya Platón nos constató de su existencia en algunos de sus escritos.
No obstante, el misterio se remonta desde hace mucho tiempo, y ya los marinos conocían a esa zona como "El Limbo de los Perdidos", una extensión del Mar de los Sargazos, donde las brújulas se vuelven locas y los más modernos aparatos de navegación no responden.
Cristóbal Colón ya hacía referencia a cuerpos extraños vistos en la zona como luces en el horizonte durante sus viajes por el mar Caribe.Aunque desde mediados del siglo XIX han desaparecido más de 50 barcos y 20 aviones, uno de los casos más significativos fue el del vuelo 19: cinco bombarderos estadounidenses tipo torpedo abandonaron Fort Lauderdale el 5 de diciembre de 1945 en un vuelo de entrenamiento rutinario y con buenas condiciones metereológicas. Ninguno volvió y tampoco el hidroavión que se envió a buscarlo.
También son numerosos los casos de barcos encontrados abandonados con la comida aún caliente en las mesas y aviones que desaparecen sin haber dado ninguna señales de socorro, y todo sin haber encontrado ningún resto.Muchas son las teorías que existen al respecto y que tratan de esclarecer los hechos, por una parte, varios científicos aseguran que la mayoría de las desapariciones han ocurrido fuera de los límites del triángulo y que la ausencia de cuerpos, aviones y barcos se debe a la profundidad de las aguas; por otro lado, hay quienes alegan la existencia de un campo electromagnético proveniente de la Tierra que explicaría el no funcionamiento de las brújulas y el instrumental de vuelo.
Otras teorías menos científicas aseguran que las desapariciones se deben a la existencia de una base extraterrestre o a la posibilidad de un agujero espacial/temporal, o que se debe a la legendaria y antigua civilización de la Atlántida, sepultada bajo el mar, con tecnología mucho más avanzada que la nuestra y de la que ya Platón nos constató de su existencia en algunos de sus escritos.
FUENTE: OCIOTOTAL