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TRADICION LOS CACIQUES SUICIDAS - Ricardo Palma

TRADICIONES PERUANAS DE RICARDO PALMA
- LOS CACIQUES SUICIDAS -

La provincia de Cotac-pampas (llano de mineros) estaba en los tiempos del último inca dividida en dos cacicazgos, cuyos límites mar caba la cordillera de Acca-cata.

El más importante de los cacicazgos era conocido con el nombre de Yanahuara, y su vecino con el de Cotaneras. Aún existen, en ruinas, los dos palacios que habitaron los respectivos señores feudales.

El cacique de Yanahuara tenía ya reunida inmensa cantidad de oro para contribuir al rescate de Atahualpa, cuando recibió la noticia de que los españoles habían dado muerte al soberano.

El cacique mandó construir entonces una escalera de piedra, que le sirvió para transportar el tesoro a la empinada cueva de Pitic; luego hizo destruir la escala y se enterró vivo en aquella inaccesible altura.

Los naturales agregan que en ciertos aniversarios fúnebres se ve, en medio de las tinieblas de la noche, un ligero resplandor, que para ellos representa el espíritu de su cacique vagando en el espacio.

En la época de los Incas se sacaba mucho oro de los terrenos auríferos de Cotac-pampas, y aún es fama que en 1640 trabajaban cuatro portugueses.

IMAGEN: Joseantonioavalos.com
la mina Hierba uma con pingüe provecho. Una noche armóse entre ellos grave pendencia, recurrieron a las armas, murieron tres, acudió la justicia, y el portugués que quedó con vida, para no caer preso, acercó la lámpara a un barril de pólvora, cuya explosión ocasionó el derrumbe de la mina.

En el primer año de la fundación de Lima, dispuso don Francisco Pizarro que se trajesen en traílla indios de los alrededores de la ciu dad para que sirviesen de albañiles.

El cacique de Huansa y Carampoma se negó tenazmente a cum plir una orden que humillaba la dignidad de los suyos; y en la impo sibilidad de oponer resistencia al despótico mandato prefi rió, a ser tes tigo del envilecimiento de sus súbditos, enterrarse en una cueva, cuya boca hizo cubrir con una gran piedra labrada.

Hoy mismo, siempre que los indios de la provincia de Huarochirícelebran sus fi estas, llevan fl ores y provisiones que colocan sobre dicha piedra, y consideran el nombre del cacique como el de un genio protector de la comarca.